Fernanda Vilches Gatica:

Comenzar un emprendimiento no es fácil, pero lejos es muy enriquecedor. Aprendes mucho en la marcha, debes realizar todas las gestiones, inviertes dinero, esfuerzo, Ideas. Pero lo más importante me permite crecer como mujer, trabajadora, estar al lado de mis niños y estar codo a codo con mi compañero de vida, mi esposo, Pedro Flores Retamales, que me apoya de una manera gigante. La idea de empezar a vender huevos se me ocurrió principalmente porque quería tener un trabajo que me permitiera estar con mis hijos, ser parte de su crecimiento, esto me hace enormemente feliz.

Como vivimos en un condominio, comencé con la publicidad el 01 de octubre, con dos cajas de huevito extra blanco y así fueron creciendo los pedidos, entregar huevitos a domicilio todos sanitos ninguno quebrado.

Con un servicio dedicado, con un muchas gracias, con dos dulcecitos, fue marcando la diferencia. La venta cercana me permitió conocer a mis vecinos, entrar en grupos de ventas y poder ayudarnos entre todos y todas, ya que vino la pandemia y el confinamiento.

Para muchos fue una mala experiencia, para mí fue una oportunidad de tener más clientes y además ver como todos empezábamos a vivir la solidaridad..

Fernanda y Pedro